Un tejido basto hecho de pelo, con el que se fabricaban sacos y vestidos burdos. Cuando alguien se vestía con saco como símbolo de dolor o de arrepentimiento, se llevaba en contacto directo con la piel, y no se sacaba por la noche; en estos casos las cenizas eran un frecuente acompañamiento (1 R. 21:27; 2 R. 6:30; Jb. 16:15; JI. 1:13; Ap. 6:12, etc.). (Véase CILICIO.)