«justicia de Jehová».

  • (a) Hijo de Quenaana. Junto con otros falsos profetas, alentó a Acab a que atacara Ramot de Galaad. Sedequías abofeteó a Miqueas que, en nombre de Jehová, había profetizado la derrota de Acab. Miqueas anunció el castigo que caería sobre Sedequías (1 R. 22:11-25).
  • (b) Profeta mentiroso e inmoral, hijo de Maasías. Jeremías predijo que Nabucodonosor haría asarlo vivo (Jer. 29:21-23).
  • (c) Nombre dado por Nabucodonosor a Matanías, hijo de Josías, a quien puso sobre el trono de Judá. Reinó once años (598-587 a.C.), y fue el último rey de Judá. Su reinado estuvo marcado por el mal. No se humilló ante la palabra de Dios por medio del profeta Jeremías, y profanó el nombre de Jehová al quebrantar el juramento dado al rey de Babilonia. Los principales sacerdotes y el pueblo vivían también en gran impiedad. Al rebelarse Sedequías contra Nabucodonosor, se alió con Egipto (cfr. Ez. 17:3-20). Egipto fue derrotado, y Nabucodonosor puso sitio a Jerusalén.

Sedequías fue advertido muchas veces por Jeremías en contra del curso de acción que había adoptado; debía someterse a Babilonia. Por esta razón, Jeremías fue duramente perseguido por los príncipes de Judá. Cuando finalmente la ciudad fue tomada, Sedequías intentó escapar con sus esposas e hijos, pero fue capturado. Se habían dado dos notables profecías acerca de él: una, que Sedequías hablaría con el rey de Babilonia, y «sus ojos verán sus ojos» (Jer. 32:4), y la otra: «Haré llevarlo a Babilonia, a tierra de caldeos, pero no la verá, y allá morirá» (Ez. 12:13). Su cumplimiento fue que Sedequías fue llevado ante Nabucodonosor en Ribla, donde sus hijos fueron muertos ante su presencia; después le sacaron a él los ojos; a continuación fue llevado a Babilonia cargado de cadenas, y encarcelado hasta su muerte (2 R. 24:17, 20; 25:2, 7; 1 Cr. 3:15; 2 Cr. 36:10-11; Jer. 1:3; 21:1-7; 24:8; 27:3, 12; 28:1; 29:3; 32:1-5; 34:2-21; 37-39; 44:30; 49:34; 51:59; 52:1-11).


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