El vino nuevo precipita unos sedimentos que se asientan en el fondo del barril o tinaja en el que está depositado. De ahí que beber «hasta los sedimentos» significa apurar totalmente, usado de la ira de Dios (Is. 51:17, 22).

La frase «sobre su sedimento ha estado reposado» es una imagen del vino no movido (Jer. 48:11), usada de la tranquilidad carnal en que había estado Moab hasta el día de su angustia (cfr. Sof. 1:12).


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