(ac.: «Sin [el dios de la luna] ha multiplicado los hermanos»).
Hijo y sucesor de Sargón, rey de Asiria. Invadió Siria y Palestina en el año decimocuarto del reinado de Ezequías. Ezequías reconoció que era culpable, y le pagó un tributo de trescientos talentos de plata y treinta talentos de oro. Senaquerib dejó un registro de ello en una tableta de arcilla. Afirma que capturó cuarenta y seis ciudades fortificadas y las fortalezas y pueblos a su alrededor que pertenecían a Ezequías el judío, llevándose cautivas a 200.150 almas, y caballos, mulas, asnos, camellos, bueyes y ovejas sin cuenta, etc. Encerró a Ezequías en su casa en Jerusalén como a un pájaro en su jaula (cfr.
Durante su segunda invasión, Senaquerib envió insultantes e impíos mensajes a Ezequías, que evidentemente estaba otra vez apoyándose en Egipto. Pero un ángel de Dios destruyó el ejército asirio. Naturalmente, los monumentos asirios silencian este hecho. El rey volvió a Asiria, y no se aventuró a invadir Palestina otra vez. Finalmente, fue asesinado por dos de sus hijos, y fue sucedido por Esar-hadón, otro de ellos (