Recibe este nombre el magno discurso pronunciado por el Señor Jesús ante los suyos y ante todo el pueblo que se había congregado. Está registrado en Mt. 5-7 y en
De la comparación de ambos relatos surgen unas evidentes diferencias que en modo alguno pueden atribuirse a discrepancias de relato, sino que en el Sermón del Monte cada Evangelista fue dirigido, en base al objeto de Dios para revelar en cada Evangelio una faceta prominente del Señor Jesús, a destacar y exponer del Sermón aquello que correspondía con la verdad concreta.
También, de la mención que se hace en Mateo de que el Sermón fue dado en un «monte» (
Se puede observar, en primer lugar, que Mateo no registra aquí la designación de los apóstoles, que Lucas sí da, así como Marcos (
El Reino no tiene en Lucas la prominencia que tiene en Mateo. En Lucas son los que se unen a Cristo y lo siguen verdaderamente los que reciben bendición. El contraste de lo que el Mesías dice con Su autoridad, con lo que dijeron los antiguos, es peculiar de Mateo. Lucas da de una manera plena la gran y nueva moralidad de amar a nuestros enemigos, siendo misericordiosos como también lo es nuestro Padre, no juzgando ni condenando, sino perdonando conforme a la pauta divina; Mateo da una enseñanza directa acerca de la justicia práctica en hechos y palabras, oración y ayuno, dirigida específicamente contra la hipocresía.
En el Sermón se da instrucción acerca de la justicia ajustada a todos los que entran en el Reino de los cielos. Sólo los nacidos del Espíritu pueden llegar al estado de alma bienaventurado a los ojos del Señor. No se trata de una exigencia, como en el Sinaí, sino de la descripción que hace Cristo de aquellos que son aptos para el Reino. No se trata de un mensaje de gracia a los pecadores; no es el evangelio de la gracia de Dios a los perdidos, sino Sus palabras para Sus discípulos; y lo que se espera de ellos es la obediencia personal.
Bosquejo.
Bibliografía:
Kelly, W.: «Lectures on the Gospel of Matthew» (Bible Truth Publishers, reimpr. 1971 de ed. 1868, Oak Park, Illinois);
Pentccost, D.: «El Sermón del Monte» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona, 1981).