Ciudad natal de Abraham (Gn. 11:28, 31; 15:7; Neh. 9:7), situada en Sumer, país más tarde llamado Babilonia, que finalmente sería dominado por los caldeos, En la actualidad recibe el nombre de Tell al Muqayyar (ár.: «colina de betún»), en la Baja Babilonia, sobre la ribera occidental del Éufrates. Al noreste, a no mucha distancia, se hallaba Uruk, y al suroeste Eridu. En 1854 se iniciaron las excavaciones, dirigidas por J. E. Taylor, que fue el primero en identificar aquellas ruinas como Ur. Patrocinado por el Museo Británico, las investigaciones fueron reemprendidas en 1918 por H. R. Hall. Sir Leonard Woolley siguió las exploraciones a partir de 1922, hasta 1934, encabezando una expedición conjunta del Museo Británico y del Museo de la Universidad de Filadelfia.

Cuando Abraham partió de ella (Gn. 11:28; Hch. 7:2) era una ciudad grande y próspera, gran centro comercial y puerto de mar sobre el golfo Pérsico. Desde entonces, la deposición de materiales en el golfo ha hecho avanzar la línea costera, dejando la situación de Ur muy tierra adentro. Las famosas tumbas reales (de alrededor del año 2500 a.C.) contenían admirables tesoros de orfebrería y de joyas, armas laboriosamente adornadas con piedras preciosas, arpas con diversas ornamentaciones de metales preciosos. El tocado que adornaba la cabeza de la reina Shubad es particularmente célebre. Otros hallazgos fueron más tétricos: los restos de muchos siervos y siervas en actitud de servicio, que habían sido asesinados ritualmente para que acompañaran a sus señores al otro mundo, entre ellos nueve damas de la corte, soldados de la guardia, criados, músicos, etc. Esto da una indicación del penoso estado en que estaba sumido el mundo idólatra de Ur, y que Abraham fue llamado a abandonar. Ur ha llegado a ser uno de los lugares más conocidos de la parte meridional de Babilonia.

Woolley da una descripción detallada del culto de Nannar, el dios lunar patrón de la ciudad, y de Ningal («Abraham», 1949; «Ur of the Chaldees», 1952). Las excavaciones han documentado asimismo el elevado grado de cultura en aquella civilización, en la época de Abraham, con una estructura socio-religiosa muy compleja, una escritura desarrollada, y una matemática avanzada; se hallaron, además de tablas de multiplicar y dividir, ejercicios de raíces cuadradas y cúbicas y de geometría práctica.

En base a la cronología del texto masorético, la vida de Abraham transcurrió, al menos en parte, en la época del Nuevo Imperio sumero-acádico de Ur-Nammu, el fundador de la poderosa dinastía III de Ur (alrededor del 2070-1960 a.C.). Estos famosos reyes asumieron el nuevo título de «Reyes de Sumer y de Acad».

La obra más considerable de Ur-Nammu fue la erección del gran zigurat de Ur que Abraham seguramente conoció, lo mismo que José más tarde las pirámides de Egipto. Este zigurat es el ejemplar mejor conservado de este tipo de arquitectura de la primitiva Babilonia.

A la luz de estos descubrimientos se puede comprender mejor lo que significó para Abraham dejar una civilización tan sofisticada y lujosa, con sus seguridades y medios materiales, para lanzarse, humanamente hablando, a la ventura, a dar el paso de fe siguiendo el llamamiento de Dios, que lo separaba de aquel lugar religiosa y moralmente depravado, para hacer de él el depositario de Su revelación y de las promesas de la redención.

Bibliografía:

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Free, J. P.: «Archaeology and Bible History» (Van Kampen Press, Wheaton, 1950);

Frymer-Kensky, T., McPherson, W., y Zettler, R. L.: «Sumer», Biblical Archaeology Review, vol. X, n.º 5, sept./oct. 1984, PP. 56-64;

Vos, H. F.: «Genesis and Archaeology» (Moody Press, Chicago, 1963).


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