«luces y perfecciones».
Estos dos términos aparecen frecuentemente en orden inverso (
Con posterioridad a David, los textos sagrados dejan de mencionar el empleo del urim y el tumim. Al retorno del exilio no los poseía ningún sacerdote (
Ciertos comentaristas han buscado una analogía entre la insignia que llevaba el sumo sacerdote egipcio, cuando aplicaba justicia, y el urim y el tumim del sumo sacerdote israelita. Pero esta insignia egipcia no tiene relación con el urim y el tumim, que servían para determinar la voluntad de Dios. Otros confunden el urim, el tumim y el pectoral, imaginando que el destello intermitente de las piedras preciosas, iluminando las piedras grabadas, habría permitido al sumo sacerdote formular la respuesta. Hay sólo dos interpretaciones probables:
- (a) El urim y el tumim habrían sido objetos extraibles del pectoral, que se habrían podido echar para consultar al Señor. Esta opinión se apoya sobre dos menciones de echar algo a suertes, en relación con la búsqueda de la voluntad de Dios mediante el urim y el tumim (
1 S. 10:19-22 ;14:37-42 ); el texto de la LXX favorece esta interpretación. - (b) Según otras autoridades, el urim y el tumim sólo tenían un valor simbólico. Revestido del efod, portando el urim y el tumim, emblemas de luz y de verdad (como su nombre indica), el sumo sacerdote buscaba saber la voluntad de Dios, tal como el Señor se lo había ordenado. Presentaba el problema a Dios en oración, y la respuesta le era revelada a su espíritu. El sumo sacerdote la estimaba justa, por cuanto la petición había sido presentada siguiendo los requisitos dados por el Señor (
Éx. 28:30 ;Lv. 8:8 ). Sus promesas garantizaban una luz y verdad perfectas. La fe contaba con el cumplimiento de estas promesas. Más tarde, serían los profetas los que dieran a conocer al pueblo la voluntad del Señor. Sus revelaciones tomarían el lugar del urim y el tumim.