Son varios los términos utilizados en el AT y en el NT para designar prendas de vestir sin definir cuáles son las prendas designadas. En el Oriente se necesitaba poca vestimenta, y no parece haber variado mucho desde entonces.

  • (a) La prenda interior es el «kethoneth», una túnica larga que llevaban hombres y mujeres. Se hacía con lana, algodón o lino. Reciben este nombre las túnicas que Dios hizo para Adán y Eva de pieles de animales (Gn. 3:21), y la túnica de muchos colores que Jacob hizo para José (Gn. 37:3, 23-33). También formaba parte de las vestiduras del sacerdote. En ocasiones se llevaba otra prenda encima de ésta. La esposa dice que se había desnudado de su «ropa» para la noche, refiriéndose probablemente a la prenda exterior, aunque en heb. se usa la misma palabra para ambas (Cnt. 5:3). El heb. «kethoneth» se corresponde con el gr. «chitõn» en el NT, que se traduce principalmente como «túnica». Los discípulos no debían ponerse dos cuando el Señor los enviara (Mt. 10:10). Era esta vestidura del Señor que estaba tejida de una sola pieza (Jn. 19:23); este mismo término se usa de las prendas hechas por Dorcas (Hch. 9:39).
  • (b) La otra prenda principal recibía el nombre de «simlah», un manto exterior ancho, llevado por hombres y mujeres, y con el que se cubrían por la noche. Podía ser de cualquier material, según la estación del año y según la posición social del individuo. Las clases populares del Medio Oriente de principios de siglo llevaban con frecuencia un manto exterior de cabello de camello o de cabra. Si este manto se tomaba como prenda de algún préstamo, se debía devolver al anochecer, porque si no: «¿En qué dormirá?» (Éx. 22:26, 27; cfr. Dt. 24:13). El «simlah» era la prenda que se rasgaba como señal de duelo (Gn. 37:34; 44:13; Jos. 7:6). Se corresponde en el NT con el término gr. «himation». Se traduce «capa» en Mt. 5:40; Lc. 6:29, y se usa del manto de grana con el que los soldados se burlaron del Señor (Jn. 19:2, 5). En el «manto» cuyo borde tocó la mujer enferma (Mt. 14: 36), y los «mantos» cuyos flecos extendían los fariseos y escribas (Mt. 23:5). También se usa de vestidos en general, como en Mt. 27:35; Jn. 19:23, 24; se traduce frecuentemente como «vestidos», «ropas» y «vestiduras».
  • (c) Otro importante artículo de vestir y que con frecuencia estaba ricamente adornado era el cinto.
  • Estos tres artículos, junto con las sandalias (véanse CINTURÓN, SANDALIAS) y un pañuelo u otra cubierta para la cabeza, constituían la vestimenta acostumbrada en Oriente.
  • Además de las anteriores prendas, se mencionan «ropas de gala» para las mujeres (Is. 3:22). También:
  • (d) El manto del efod, heb. «meil», descrito como «una túnica grande que se llevaba sobre la túnica común, pero sin mangas». Lo llevaban los sacerdotes (Éx. 28:31; 1 S. 28:14; Esd. 9:3, 5), reyes y príncipes (1 S. 18:4; 24:4, 11), personas de elevado rango (Jb. 1:20; 2:12) y mujeres (2 S. 13:18).
  • (e) El manto o velo, una amplia prenda para la parte superior del cuerpo, una especie de chal, que cubría la cabeza y parte del cuerpo. Rut pudo llevar en uno de ellos seis medidas de cebada (Rt. 3:15; Is. 3:22). Hay otros términos heb. que denotan la misma prenda. 
  • (f) Cinturón, heb. «pethigil», una faja ancha y adornada con bordados, para ocasiones festivas; este término sólo aparece en Is. 3:24. (Véanse CILICIO, DESNUDEZ, DUELO, EFOD, SACERDOTE, SUMO SACERDOTE, TURBANTE, VERGÜENZA.)

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