Para la protección de la cabeza en la batalla. Se hacían de cuero, hierro, bronce (1 Mac. 6:35). De ellos se servían los egipcios, filisteos, asirios, babilonios y persas (1 S. 17:5; Jer. 46:4; Ez. 23:23, 24; 27:10). Ya en la época de Saúl (1 S. 17:5, 38), israelitas y filisteos llevaban ocasionalmente cascos de bronce. Uzías equipó a sus tropas con cascos y cotas de malla (2 Cr. 26:14),

En la armadura del cristiano, el yelmo es la «salvación» (Ef. 6:17). Son los que tienen la consciencia de la salvación los que pueden tomar parte en la batalla contra los espíritus de maldad en los lugares celestes.


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