Explicación, estudio y comentario bíblico de Eclesiastés 10:16-21 verso por verso
¡Ay de ti, oh tierra, cuando tu rey es un muchacho y tus príncipes se festejan de mañana!
Bienaventurada tú, oh tierra, cuando tu rey es un hijo de nobles, y tus príncipes comen a su hora para reponer sus fuerzas y no para embriagarse.
Por la pereza se hunde el techo, y por la flojedad de manos tiene goteras la casa.
El alimento se prepara para disfrutarlo, el vino alegra la vida, y el dinero preocupa a todos.
Ni aun en tu alcoba maldigas al rey ni en tu dormitorio maldigas al rico; porque las aves del cielo llevarán la voz y las criaturas aladas declararán el asunto.