Explicación, estudio y comentario bíblico de Eclesiastés 10:17-18 verso por verso
Bienaventurada tú, oh tierra, cuando tu rey es un hijo de nobles, y tus príncipes comen a su hora para reponer sus fuerzas y no para embriagarse.
Por la pereza se hunde el techo, y por la flojedad de manos tiene goteras la casa.