Explicación, estudio y comentario bíblico de Eclesiastés 2:16-23 verso por verso
Porque ni del sabio ni del necio habrá perpetua memoria, puesto que en los días venideros ya habrá sido olvidado todo. ¡Y cómo muere el sabio junto con el necio!
Entonces aborrecí la vida porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; pues todo es vanidad y aflicción de espíritu.
Asimismo, aborrecí todo el duro trabajo con que me había afanado debajo del sol, el cual tendré que dejar a otro que vendrá después de mí.
¿Y quién sabe si él será sabio o necio? Sin embargo, se enseñoreará de todo el duro trabajo con que me he afanado para hacerme sabio debajo del sol. También esto es vanidad.
Por tanto, volví a desesperarme con respecto a todo el duro trabajo con que me había afanado debajo del sol.
Porque se da el caso del hombre que habiéndose afanado con sabiduría, con conocimiento y con talento, deja sus bienes a otro hombre que jamás se afanó en ello. También esto es vanidad y un mal grande.
Porque, ¿qué logra el hombre de todo su duro trabajo y del conflicto de corazón con que se afana debajo del sol?
Porque todos sus días no son sino dolores; y su tarea frustración. Ni aun de noche reposa su corazón. Esto también es vanidad.