• Eclesiastés 2:20

    Por tanto, volví a desesperarme con respecto a todo el duro trabajo con que me había afanado debajo del sol.

  • Eclesiastés 2:21

    Porque se da el caso del hombre que habiéndose afanado con sabiduría, con conocimiento y con talento, deja sus bienes a otro hombre que jamás se afanó en ello. También esto es vanidad y un mal grande.

  • Eclesiastés 2:22

    Porque, ¿qué logra el hombre de todo su duro trabajo y del conflicto de corazón con que se afana debajo del sol?

  • Eclesiastés 2:23

    Porque todos sus días no son sino dolores; y su tarea frustración. Ni aun de noche reposa su corazón. Esto también es vanidad.

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