Explicación, estudio y comentario bíblico de Eclesiastés 2:3-8 verso por verso
Propuse en mi corazón agasajar mi cuerpo con vino y echar mano de la necedad — mientras mi corazón siguiera conduciéndose en sabiduría — , hasta ver en qué consiste el bien para los hijos del hombre, en el cual se han de ocupar debajo del sol, durante los contados días de su vida.
Engrandecí mis obras, me edifiqué casas, planté viñas,
me hice huertos y jardines, y planté en ellos toda clase de árboles frutales.
Me hice estanques de aguas para regar con ellas un bosque donde crecieran los árboles.
Adquirí siervos y siervas y tuve siervos nacidos en casa. También tuve mucho ganado, vacas y ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén.
Acumulé también plata y oro para mí, y tesoros preciados de reyes y de provincias. Me proveí de cantantes, tanto hombres como mujeres; de los placeres de los hijos del hombre, y de mujer tras mujer.