Explicación, estudio y comentario bíblico de Eclesiastés 4:8-12 verso por verso
Se da el caso de un hombre solo y sin sucesor que no tiene ni hijo ni hermano; pero no cesa de todo su duro trabajo ni sus ojos se sacian de riquezas ni se pregunta: “¿Para quién me afano yo privando a mi alma del bienestar?”. También esto es vanidad y penosa tarea.
Mejor dos que uno solo, pues tienen mejor recompensa por su trabajo.
Porque si caen, el uno levantará a su compañero. Pero, ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante!
También si dos duermen juntos se abrigarán mutuamente. Pero, ¿cómo se abrigará uno solo?
Y si uno es atacado por alguien, si son dos, prevalecerán contra él. Y un cordel triple no se rompe tan pronto.