• Eclesiastés 5:10

    El que ama el dinero no quedará satisfecho con dinero, y el que ama las riquezas no tendrá beneficio. También esto es vanidad.

  • Eclesiastés 5:11

    Cuando los bienes aumentan, también aumentan los que los consumen. ¿Qué provecho, pues, tendrán sus dueños aparte de verlos con sus ojos?

  • Eclesiastés 5:12

    Dulce es el sueño del trabajador, haya comido poco o haya comido mucho; pero al rico no lo deja dormir la abundancia.

  • Eclesiastés 5:13

    Hay un grave mal que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por su dueño, para su propio mal;

  • Eclesiastés 5:14

    o aquellas riquezas que se pierden en un mal negocio. Y al engendrar un hijo nada le queda en la mano.

  • Eclesiastés 5:15

    Como salió del vientre de su madre, desnudo, así volverá; tal como vino se irá. Nada de su duro trabajo llevará en su mano cuando se vaya.

  • Eclesiastés 5:16

    Este también es un grave mal: que de la misma manera que vino, así vuelva. ¿Y de qué le aprovecha afanarse para el viento?

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