Explicación, estudio y comentario bíblico de Eclesiastés 7:19-29 verso por verso
La sabiduría ayudará al sabio más que diez gobernantes que haya en la ciudad.
Ciertamente no hay hombre justo en la tierra que haga lo bueno y no peque.
No prestes atención a todas las cosas que se dicen, no sea que oigas a tu siervo que habla mal de ti.
Pues tu corazón sabe que muchas veces tú también has hablado mal de otros.
Todas estas cosas he probado con la sabiduría y dije: “Me he de hacer sabio”. Pero ella estaba lejos de mí.
Lo que está lejos y muy profundo, ¿quién lo podrá hallar?
Pero yo volví en mi corazón a conocer, a explorar y a buscar la sabiduría y la razón, para conocer lo malo de la necedad y la insensatez de la locura.
Y yo he hallado más amarga que la muerte a la mujer que es una trampa, cuyo corazón es una red y cuyas manos son ataduras. El que agrada a Dios escapará de ella, pero el pecador quedará atrapado por ella.
“Mira”, dice el Predicador, “habiendo considerado las cosas una por una, para dar con la razón, he hallado esto
— mi alma aún busca pero no halla — : Un hombre he hallado entre mil, pero una mujer no he hallado entre todos estos.
Mira, he hallado solo esto: que Dios hizo al hombre recto, pero los hombres se han buscado muchas otras razones”.