Explicación, estudio y comentario bíblico de Esdras 5:7-15 verso por verso
Le enviaron un informe que estaba escrito de esta manera: Al rey Darío: ¡Toda paz!
Sepa el rey que fuimos a la provincia de Judá, a la casa del gran Dios, que está siendo edificada con bloques de piedra. Las vigas están siendo puestas sobre las paredes; la obra se hace con diligencia y prospera en sus manos.
Entonces preguntamos a los ancianos diciéndoles de esta manera: “¿Quién les ha dado orden para reedificar este templo y para restaurar estos muros?”.
También les preguntamos sus nombres para hacértelo saber, para escribirte los nombres de los que están al frente de ellos.
Nos dieron respuesta diciendo: “Nosotros somos siervos del Dios de los cielos y de la tierra y reedificamos el templo que había sido construido hace muchos años, el cual fue construido y terminado por un gran rey de Israel.
Pero por cuanto nuestros padres provocaron a ira al Dios de los cielos, él los entregó en mano de Nabucodonosor el caldeo, rey de Babilonia, quien destruyó este templo y llevó cautivo al pueblo a Babilonia.
No obstante, en el primer año de Ciro, rey de Babilonia, el rey Ciro dio una orden para que esta casa de Dios fuera reedificada.
También los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, que Nabucodonosor había sacado del templo que estaba en Jerusalén y los había llevado al templo de Babilonia, el rey Ciro los sacó del templo de Babilonia, y fueron entregados a un hombre llamado Sesbasar a quien había puesto como gobernador.
Él le dijo: ‘Toma estos utensilios, ve y deposítalos en el templo que está en Jerusalén, y que la casa de Dios sea reedificada en su lugar’.