Explicación, estudio y comentario bíblico de Ester 1:13-22 verso por verso
Entonces el rey, conforme a la costumbre real de consultar con los que conocían la ley y el derecho, preguntó a los sabios conocedores de los tiempos
(hizo que se acercaran a él Carsena, Setar, Admata, Tarsis, Meres, Marsena y Memucán, siete magistrados de Persia y de Media que tenían acceso al rey y que ocupaban los primeros puestos en el reino):
— Según la ley, ¿qué se ha de hacer con la reina Vasti, por no haber cumplido la orden del rey Asuero dada por medio de los eunucos?
Entonces Memucán dijo ante el rey y los magistrados: — La reina Vasti ha actuado mal, no solamente contra el rey, sino también contra todos los magistrados y contra todos los pueblos que están en todas las provincias del rey Asuero.
Porque la palabra de la reina llegará a todas las mujeres y las hará mirar con menosprecio a sus maridos diciendo: “El rey Asuero ordenó traer a su presencia a la reina Vasti, pero ella no fue”.
Y desde este día las damas de Persia y de Media que hayan oído las palabras de la reina dirán lo mismo a todos los magistrados del rey, y habrá mucho menosprecio e indignación.
Si al rey le parece bien, salga de su presencia un decreto real que sea escrito entre las leyes de Persia y de Media de modo que no sea abrogado: que Vasti no venga más a la presencia del rey Asuero, y que el rey dé su dignidad real a otra mejor que ella.
La sentencia que promulgue el rey será oída en todo su reino, inmenso como es; y todas las mujeres honrarán a sus maridos, desde el mayor hasta el menor.
Este consejo pareció bien al rey y a los magistrados, y el rey hizo conforme al dicho de Memucán.
Entonces envió cartas a todas las provincias del rey, a cada provincia conforme a su sistema de escritura y a cada pueblo en su idioma. Él expresó, en el idioma de cada pueblo, que todo hombre fuera señor en su casa.