Explicación, estudio y comentario bíblico de Ester 3:8-11 verso por verso
Luego Amán dijo al rey Asuero: — Hay un pueblo disperso y separado entre los pueblos en todas las provincias de tu reino, cuyas leyes son diferentes de las de cualquier pueblo. Ellos no observan las leyes del rey y el rey no tiene ventaja en dejarlos vivir.
Si al rey le parece bien, que se decrete por escrito que se los destruya, y yo pesaré en manos de los administradores de las obras públicas trescientos treinta mil kilos de plata, que serán traídos a los tesoros del rey.
Entonces el rey se quitó el anillo de su mano y se lo dio a Amán hijo de Hamedata, el agageo, enemigo de los judíos.
Y el rey dijo a Amán: — La plata sea para ti y también el pueblo, para que hagas con él lo que te parezca bien.