Explicación, estudio y comentario bíblico de Ester 9:1-11 verso por verso
El día trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar, cuando habían de ser ejecutados la palabra del rey y su decreto, el mismo día en que los enemigos de los judíos esperaban ejercer poder sobre ellos, ocurrió todo lo contrario. Porque fueron los judíos los que ejercieron poder sobre los que los aborrecían.
Los judíos se congregaron en sus ciudades en todas las provincias del rey Asuero, para echar mano sobre los que habían procurado su mal. Nadie los pudo resistir porque el temor de ellos había caído sobre todos los pueblos.
Todos los magistrados de las provincias, los sátrapas, los gobernadores y los encargados de las obras del rey enaltecían a los judíos, porque el miedo a Mardoqueo había caído sobre ellos.
Pues Mardoqueo era grande en el palacio real; su fama se difundía por todas las provincias y se iba engrandeciendo más y más.
Los judíos dieron a sus enemigos un golpe de espada con matanza y destrucción, e hicieron con sus enemigos lo que quisieron.
En Susa, la capital, los judíos mataron y destruyeron a quinientos hombres.
Entonces mataron a Parsandata, Dalfón, Aspata,
Porata, Adalías, Aridata,
Parmasta, Arisai, Aridai y Vaizata,
los diez hijos de Amán hijo de Hamedata, el enemigo de los judíos. Pero no echaron mano de sus despojos.
El mismo día llegó al rey el número de muertos en Susa, la capital.