Explicación, estudio y comentario bíblico de Éxodo 10:18-24 verso por verso
Moisés salió de la presencia del faraón y oró al SEÑOR.
El SEÑOR hizo soplar un fortísimo viento del occidente que llevó la langosta y la arrojó al mar Rojo. Ni una sola langosta quedó en todo el territorio de Egipto.
Pero el SEÑOR endureció el corazón del faraón, y este no dejó ir a los hijos de Israel.
El SEÑOR dijo a Moisés: — Extiende tu mano hacia el cielo para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tinieblas que hasta puedan ser palpadas.
Moisés extendió su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas por toda la tierra de Egipto, durante tres días.
No se podían ver unos a otros ni nadie se movió de su lugar durante tres días. Pero todos los hijos de Israel tenían luz en sus moradas.
Luego el faraón hizo llamar a Moisés y le dijo: — Vayan y sirvan al SEÑOR. Vayan también sus niños con ustedes. Solamente que sean dejadas sus ovejas y sus vacas.