Explicación, estudio y comentario bíblico de Éxodo 18:10-19 verso por verso
Jetro dijo: — ¡Bendito sea el SEÑOR, que los libró de mano de los egipcios y de mano del faraón! Él es quien libró al pueblo de mano de los egipcios.
Ahora reconozco que el SEÑOR es más grande que todos los dioses, porque castigó a aquellos que los trataron con arrogancia.
Después Jetro, suegro de Moisés, ofreció un holocausto y sacrificios a Dios. Aarón y todos los ancianos de Israel fueron a comer con el suegro de Moisés delante de Dios.
Aconteció que al día siguiente Moisés se sentó para administrar justicia al pueblo. Y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la noche.
Al ver el suegro de Moisés todo lo que él hacía por el pueblo, dijo: — ¿Qué es esto que haces con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la noche?
Moisés respondió a su suegro: — Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios.
Cuando tienen cualquier asunto, vienen a mí. Yo juzgo entre uno y otro, y les hago conocer las leyes y las instrucciones de Dios.
Entonces el suegro de Moisés le dijo: — No está bien lo que haces.
Te agotarás del todo, tú y también este pueblo que está contigo. El trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo.
Ahora pues, escúchame; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Sé tú el portavoz del pueblo delante de Dios, y lleva los asuntos a Dios.