Explicación, estudio y comentario bíblico de Éxodo 2:3-8 verso por verso
No pudiendo ocultarlo más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la recubrió con asfalto y brea. Colocó en ella al niño y lo puso entre los juncos a la orilla del Nilo.
La hermana del niño se mantuvo a distancia para ver lo que le acontecería.
Sucedió que la hija del faraón descendió al Nilo para bañarse. Y mientras se paseaba con sus doncellas por la ribera del Nilo, ella vio la arquilla entre los juncos y envió a una sierva suya para que la tomara.
Cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: — Este es un niño de los hebreos.
Entonces la hermana del niño preguntó a la hija del faraón: — ¿Iré a llamar una nodriza de las hebreas para que te críe al niño?
La hija del faraón respondió: — Ve. Entonces la muchacha fue y llamó a la madre del niño.