Explicación, estudio y comentario bíblico de Éxodo 20:18-26 verso por verso
Todo el pueblo percibía los truenos, los relámpagos, el sonido de la corneta y el monte que humeaba. Al ver esto, ellos temblaron y se mantuvieron a distancia.
Y dijeron a Moisés: — Habla tú con nosotros, y escucharemos. Pero no hable Dios con nosotros, no sea que muramos.
Y Moisés respondió al pueblo: — No teman, porque Dios ha venido para probarlos, a fin de que su temor esté delante de ustedes para que no pequen.
Entonces el pueblo se mantuvo a distancia, y Moisés se acercó a la densa oscuridad donde estaba Dios.
Y el SEÑOR dijo a Moisés: “Así dirás a los hijos de Israel: ‘Ustedes han visto que he hablado desde los cielos con ustedes.
No se hagan dioses de plata junto a mí; tampoco se hagan dioses de oro’.
“Harás para mí un altar de tierra, y sobre él sacrificarás tus holocaustos y ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas. En cualquier lugar donde yo haga recordar mi nombre vendré a ti y te bendeciré.
Y si me haces un altar de piedras, no lo construyas con piedras labradas; porque si alzas una herramienta sobre él, lo profanarás.
Tampoco subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no sea descubierta sobre él.