Explicación, estudio y comentario bíblico de Éxodo 20:8-22 verso por verso
“Acuérdate del día sábado para santificarlo.
Seis días trabajarás y harás toda tu obra,
pero el séptimo día será sábado para el SEÑOR tu Dios. No harás en él obra alguna, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu animal, ni el forastero que está dentro de tus puertas.
Porque en seis días el SEÑOR hizo los cielos, la tierra y el mar, y todo lo que hay en ellos, y reposó en el séptimo día. Por eso el SEÑOR bendijo el día sábado y lo santificó.
“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se prolonguen sobre la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.
“No cometerás homicidio.
“No cometerás adulterio.
“No robarás.
“No darás falso testimonio contra tu prójimo.
“No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo”.
Todo el pueblo percibía los truenos, los relámpagos, el sonido de la corneta y el monte que humeaba. Al ver esto, ellos temblaron y se mantuvieron a distancia.
Y dijeron a Moisés: — Habla tú con nosotros, y escucharemos. Pero no hable Dios con nosotros, no sea que muramos.
Y Moisés respondió al pueblo: — No teman, porque Dios ha venido para probarlos, a fin de que su temor esté delante de ustedes para que no pequen.
Entonces el pueblo se mantuvo a distancia, y Moisés se acercó a la densa oscuridad donde estaba Dios.
Y el SEÑOR dijo a Moisés: “Así dirás a los hijos de Israel: ‘Ustedes han visto que he hablado desde los cielos con ustedes.