Explicación, estudio y comentario bíblico de Éxodo 24:1-12 verso por verso
Dios dijo a Moisés: — Suban ante el SEÑOR, tú, Aarón, Nadab, Abihú y setenta de los ancianos de Israel, y se postrarán a distancia.
Luego se acercará Moisés solo al SEÑOR; pero no se acerquen ellos ni suba el pueblo con él.
Moisés fue y refirió al pueblo todas las palabras del SEÑOR y todos los decretos, y todo el pueblo respondió a una voz diciendo: — Haremos todas las cosas que el SEÑOR ha dicho.
Moisés escribió todas las palabras del SEÑOR. Y levantándose muy de mañana, erigió al pie del monte un altar y doce piedras según las doce tribus de Israel.
Luego mandó a unos jóvenes de los hijos de Israel, y estos ofrecieron holocaustos y mataron toros como sacrificios de paz al SEÑOR.
Moisés tomó la mitad de la sangre y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar.
Asimismo, tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: — Haremos todas las cosas que el SEÑOR ha dicho, y obedeceremos.
Entonces Moisés tomó la sangre y roció con ella al pueblo, diciendo: — He aquí la sangre del pacto que el SEÑOR ha hecho con ustedes referente a todas estas palabras.
Luego Moisés, Aarón, Nadab, Abihú y setenta de los ancianos de Israel subieron,
y vieron al Dios de Israel. Debajo de sus pies había como un pavimento de zafiro, semejante en pureza al mismo cielo.
Y no extendió su mano contra los principales de los hijos de Israel. Ellos vieron a Dios, y comieron y bebieron.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: — Sube a mí, al monte, y espera allí. Yo te daré las tablas de piedra con la ley y los mandamientos que he escrito para enseñarles.