Explicación, estudio y comentario bíblico de Éxodo 32:25-35 verso por verso
Al ver que el pueblo se había desenfrenado, pues Aarón les había permitido el desenfreno, de modo que llegaron a ser una vergüenza entre sus enemigos,
Moisés se puso de pie a la entrada del campamento y dijo: — ¡Quien esté de parte del SEÑOR únase conmigo! Y se unieron con él todos los hijos de Leví.
Y él les dijo: — Así ha dicho el SEÑOR, el Dios de Israel: “¡Cíñase cada uno su espada, y pasen y vuelvan, de entrada a entrada del campamento! ¡Maten cada uno a su hermano, a su amigo y a su pariente!”.
Entonces los hijos de Leví hicieron conforme al dicho de Moisés, y aquel día cayeron del pueblo como tres mil hombres.
Entonces Moisés dijo: — Hoy se han investido a ustedes mismos para el SEÑOR, cada uno a costa de su hijo o de su hermano, para que él les dé hoy bendición.
Al día siguiente Moisés dijo al pueblo: — Ustedes han cometido un gran pecado. Pero yo subiré ahora hacia el SEÑOR; quizás yo pueda hacer expiación por su pecado.
Moisés regresó al SEÑOR y le dijo: — ¡Ay! Este pueblo ha cometido un gran pecado al haberse hecho dioses de oro.
Pero ahora perdona su pecado; y si no, bórrame del libro que has escrito.
El SEÑOR respondió a Moisés: — ¡Al que ha pecado contra mí, a ese lo borraré de mi libro!
Vuelve, pues; conduce a este pueblo al lugar que te he dicho; he aquí que mi ángel irá delante de ti. Pero en el día del castigo yo los castigaré por su pecado.
Y el SEÑOR hirió al pueblo con una plaga por lo que habían hecho con el becerro que Aarón formó.