Explicación, estudio y comentario bíblico de Éxodo 33:5-11 verso por verso
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: — Di a los hijos de Israel: “Ustedes son un pueblo de dura cerviz; si yo estuviera un solo instante en medio de ustedes, los consumiría. Ahora pues, quítense sus joyas, y yo sabré qué he de hacer con ustedes”.
Y los hijos de Israel se desprendieron de sus joyas a partir del monte Horeb.
Entonces Moisés tomó una tienda y la levantó fuera del campamento, a considerable distancia. A esta tienda la llamó: tienda de reunión. Y sucedía que todo el que buscaba al SEÑOR, iba a la tienda de reunión que estaba fuera del campamento.
Cuando Moisés se dirigía a la tienda de reunión, todo el pueblo se levantaba y se ponía de pie junto a la entrada de su propia tienda. Miraban a Moisés hasta que él entraba en la tienda.
Cuando Moisés entraba en la tienda, la columna de nube descendía y se detenía a la entrada de la tienda; y Dios hablaba con Moisés.
Al ver la columna de nube, que se detenía a la entrada de la tienda, todo el pueblo se levantaba y se postraba, cada uno a la entrada de su propia tienda.
Entonces el SEÑOR hablaba a Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo. Después regresaba Moisés al campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su ayudante, no se apartaba de la tienda.