Explicación, estudio y comentario bíblico de Éxodo 36:1-8 verso por verso
»Bezaleel, Oholiab y todos los sabios de corazón en quienes el SEÑOR ha puesto sabiduría y entendimiento para saber hacer toda la obra de la construcción del santuario, harán todas las cosas que ha mandado el SEÑOR.
Entonces llamó Moisés a Bezaleel, a Oholiab y a todo hombre sabio de corazón en cuyo corazón el SEÑOR había puesto sabiduría, y todos aquellos cuyo corazón los impulsó para acercarse y llevar a cabo la obra.
Y ellos tomaron de delante de Moisés toda la ofrenda que los hijos de Israel habían traído, para que se llevara a cabo la obra de la construcción del santuario. Como el pueblo continuaba trayendo ofrenda voluntaria cada mañana,
todos los maestros que hacían toda la obra del santuario dejaron cada uno su trabajo
y hablaron con Moisés diciendo: — El pueblo trae mucho más de lo necesario para llevar a cabo la obra que el SEÑOR ha mandado que se haga.
Entonces Moisés mandó pregonar por el campamento, diciendo: — Nadie, hombre o mujer, haga nada más como ofrenda para el santuario. Así se le impidió al pueblo seguir trayendo;
pues ya había material suficiente para hacer toda la obra, y aun sobraba.
Todos los sabios de corazón de entre los encargados de la obra hicieron el tabernáculo con diez tapices de lino torcido, de material azul, de púrpura y de carmesí. Y los hizo con querubines, obra de fina artesanía.