Explicación, estudio y comentario bíblico de Éxodo 5:6-18 verso por verso
Aquel mismo día el faraón mandó decir a los capataces del pueblo y a sus vigilantes:
— Ya no darán paja al pueblo para hacer los adobes, como hacían antes. ¡Que vayan ellos y recojan por sí mismos la paja!
Sin embargo, les impondrán la misma cantidad de adobes que hacían antes. No les disminuirán nada, porque están ociosos. Por eso gritan diciendo: “Vayamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios”.
Hágase más pesado el trabajo de los hombres, para que se ocupen en él y no presten atención a palabras mentirosas.
Los capataces del pueblo y sus vigilantes salieron y hablaron al pueblo diciendo: — Así ha dicho el faraón: “Yo no les daré paja.
Vayan y recojan por ustedes mismos la paja donde la hallen, pero en nada se disminuirá su tarea”.
Entonces el pueblo se dispersó por toda la tierra de Egipto para recoger rastrojo en lugar de paja.
Y los capataces los apremiaban diciendo: — Terminen su tarea, lo de cada día en su día, como cuando se les daba paja.
Y azotaron a los vigilantes de los hijos de Israel que habían sido puestos por los capataces del faraón, y les dijeron: — ¿Por qué no han completado su cantidad de adobes ni ayer ni hoy, como antes?
Los vigilantes de los hijos de Israel fueron al faraón y se quejaron ante él diciendo: — ¿Por qué procedes así con tus siervos?
No se da paja a tus siervos, y con todo nos dicen: “¡Hagan adobes!”. He aquí, tus siervos son azotados, cuando la culpa es de tu propio pueblo.
Él respondió: — ¡Están ociosos! ¡Sí, ociosos! Por eso dicen: “Vayamos y ofrezcamos sacrificios al SEÑOR”.
Vayan, pues, ahora y trabajen. No se les dará paja, pero habrán de entregar la misma cantidad de adobes.