Explicación, estudio y comentario bíblico de Éxodo 8:25-32 verso por verso
Entonces el faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: — Vayan, ofrezcan sacrificios a su Dios, dentro del país.
Moisés respondió: — No conviene que lo hagamos así, porque ofreceríamos como sacrificio al SEÑOR lo que es una abominación a los egipcios. Si sacrificáramos en presencia de los egipcios lo que para ellos es una abominación, ¿no nos apedrearían?
Iremos a tres días de camino por el desierto y ofreceremos sacrificios al SEÑOR, según él nos diga.
El faraón dijo: — Yo los dejaré ir para que ofrezcan sacrificios al SEÑOR su Dios en el desierto, con tal que no se vayan demasiado lejos. Rueguen por mí.
Respondió Moisés: — He aquí, al salir yo de tu presencia, rogaré al SEÑOR, y él hará que mañana la nube de moscas se aparte del faraón, de sus servidores y de su pueblo, con tal que el faraón no se vuelva a burlar, no dejando ir al pueblo para ofrecer sacrificios al SEÑOR.
Entonces Moisés salió de la presencia del faraón y oró al SEÑOR.
Y el SEÑOR hizo conforme a la palabra de Moisés y apartó del faraón, de sus servidores y de su pueblo la nube de moscas, sin que quedara una sola.
Pero el faraón endureció también esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.