Explicación, estudio y comentario bíblico de Éxodo 9:18-28 verso por verso
He aquí, mañana a estas horas yo haré caer granizo tan pesado, como nunca lo hubo en Egipto desde el día en que fue fundado, hasta ahora.
Ordena, pues, que recojan tu ganado y todo lo que tienes en el campo, en un lugar seguro; porque el granizo caerá sobre todo hombre o animal que se halle en el campo y que no haya sido recogido en casa, y morirá”.
De los servidores del faraón, el que temió la palabra del SEÑOR hizo que sus criados y su ganado huyeran a casa.
Pero los que no tomaron en serio la palabra del SEÑOR dejaron a sus criados y sus ganados en el campo.
El SEÑOR dijo a Moisés: — Extiende tu mano hacia el cielo para que caiga granizo sobre toda la tierra de Egipto, sobre los hombres, sobre los animales y sobre toda la hierba del campo en la tierra de Egipto.
Moisés extendió su vara hacia el cielo, y el SEÑOR envió truenos y granizo. El fuego se descargó sobre la tierra, y el SEÑOR hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto.
Hubo, pues, granizo y fuego centelleante mezclado con el granizo, y era tan pesado que nunca lo hubo como aquel en toda la tierra de Egipto desde que comenzó a ser nación.
El granizo destruyó en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo, tanto los hombres como los animales. El granizo también arruinó toda la hierba del campo y destrozó todos los árboles del campo.
Solo en la tierra de Gosén, donde habitaban los hijos de Israel, no cayó granizo.
Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: — He pecado esta vez. El SEÑOR es el justo; yo y mi pueblo somos los culpables.
Rueguen al SEÑOR para que cesen los truenos de Dios y el granizo, y yo los dejaré ir, y ustedes no se detendrán más.