Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 1:13-21 verso por verso
En medio de los seres vivientes había algo como carbones de fuego encendidos que se desplazaban como antorchas entre los seres vivientes. El fuego resplandecía, y del mismo salían relámpagos.
Y los seres iban y volvían, como si fueran relámpagos.
Mientras yo miraba a los seres vivientes, he aquí que había una rueda en la tierra, junto y al frente de cada uno de los cuatro seres vivientes.
La forma y el aspecto de las ruedas era como crisólito. Las cuatro ruedas tenían la misma forma y aspecto, y estaban hechas de manera que había una rueda dentro de otra rueda.
Cuando se desplazaban, lo hacían en cualquiera de las cuatro direcciones, y no viraban cuando se desplazaban.
Sus aros eran altos y aterradores, y los aros de las cuatro ruedas estaban llenos de ojos alrededor.
Cuando los seres vivientes se desplazaban, también se desplazaban las ruedas que estaban junto a ellos. Cuando los seres se elevaban de la tierra, las ruedas también se elevaban.
Iban adondequiera que el espíritu fuera, y las ruedas también se elevaban junto con ellos, pues el espíritu de cada ser viviente estaba también en las ruedas.
Cuando ellos se desplazaban, también ellas se desplazaban; cuando ellos se detenían, también ellas se detenían. Y cuando ellos se elevaban de la tierra, también las ruedas se elevaban junto con ellos, porque el espíritu de cada ser viviente estaba también en las ruedas.