Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 10:13-17 verso por verso
A las ruedas, ante mis oídos, se les gritaba: “¡Rueda!”.
Cada uno tenía cuatro caras. La primera tenía cara de querubín; la segunda, cara de hombre; la tercera, cara de león; y la cuarta, cara de águila.
Luego los querubines se elevaron. Estos son los seres vivientes que vi junto al río Quebar.
Cuando los querubines se desplazaban, también se desplazaban las ruedas que estaban junto a ellos. Cuando los querubines levantaban sus alas para elevarse de la tierra, las ruedas no se separaban de ellos.
Cuando ellos se detenían, las ruedas también se detenían; y cuando se elevaban, estas se elevaban junto con ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en ellas.