Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 12:1-26 verso por verso
Vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
“Oh hijo de hombre, tú habitas en medio de una casa rebelde. Ellos tienen ojos para ver y no ven, y tienen oídos para oír y no oyen, porque son una casa rebelde.
Por tanto, tú, oh hijo de hombre, prepárate un equipaje de cautivo, y sal cautivo de día, ante su vista. Sal como cautivo de tu lugar a otro lugar, ante su vista. Quizás lo consideren, porque son una casa rebelde.
En pleno día, ante su vista, sacarás tu equipaje como si fuera equipaje de cautivo, y te irás al anochecer ante su vista, como los que son sacados en cautividad.
Perfora el muro ante su vista y salc por él.
Ante su vista llevarás el equipaje sobre tus hombros. Saldrásd en la penumbra; cubrirás tu cara para no ver la tierra, porque te he puesto como señal para la casa de Israel”.
E hice así como me fue ordenado: Saqué de día mi equipaje, como equipaje de cautivo, y al anochecer perforé el muro con mis propias manos. Salí en la penumbra, y llevé mi equipaje sobre los hombros, ante su vista.
Entonces, por la mañana, vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
“Oh hijo de hombre, ¿no te han preguntado los de la casa de Israel, esa casa rebelde, qué estás haciendo?
Diles que así ha dicho el SEÑOR Dios: ‘Esta profecía es para el gobernante en Jerusalén, y para toda la casa de Israel que está en medio de ella’.
Diles: ‘Yo soy una señal para ustedes; así como yo he hecho, les será hecho a ellos. Irán en cautividad, en cautiverio’.
El gobernante que está en medio de ellos alzará sus cosas al hombro en la penumbra y saldrá. Perforarán el muro para salir por él. Cubrirá su cara para no ver la tierra con sus ojos.
Pero extenderé mi red sobre él, y quedará atrapado en mi trampa. Lo traeré a Babilonia, a la tierra de los caldeos, pero no la verá, y allí morirá.
A todos los que estén alrededor de él, sus ayudantes y todas sus tropas, los esparciré a todos los vientos, y tras ellos desenvainaré la espada.
Y sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando los disperse entre las naciones y los esparza por los países.
Pero haré que unos pocos de ellos escapen de la espada, del hambre y de la peste, para que cuenten acerca de todas sus abominaciones entre las naciones a donde lleguen. Y sabrán que yo soy el SEÑOR”.
Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
“Oh hijo de hombre, come tu pan con temblor y bebe tu agua con estremecimiento y angustia.
Dirás al pueblo de la tierra que así dice el SEÑOR Dios a los habitantes de Jerusalén, acerca de la tierra de Israel: ‘Comerán su pan con angustia, y beberán su agua con horror, porque la tierra será desolada de su plenitud a causa de la violencia de todos los que viven en ella.
Las ciudades habitadas serán arruinadas, y la tierra será una desolación’. Y sabrán que yo soy el SEÑOR”.
Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
“Oh hijo de hombre, ¿qué refrán es este que tienen ustedes acerca de la tierra de Israel, que dice: ‘Los días se prolongan, y toda visión se desvanece’?
Por tanto, diles que así ha dicho el SEÑOR Dios: ‘Haré cesar este refrán, y no lo pronunciarán más en Israel’. Más bien, diles que se han acercado los días y el cumplimiento de toda visión,
pues no habrá más falsa visión ni adivinación lisonjera en medio de la casa de Israel.
Porque yo, el SEÑOR, hablaré; la palabra que hablaré se cumplirá. No habrá más dilación, pues en sus días, oh casa rebelde, diré la palabra y la cumpliré”, dice el SEÑOR Dios.
Y vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: