• Ezequiel 16:4

    Y en cuanto a tu nacimiento, el día en que naciste no fue cortado tu cordón umbilical ni fuiste lavada con agua por higiene. No fuiste frotada con sal ni envuelta en pañales.

  • Ezequiel 16:5

    No hubo ojo que te tuviera lástima, para hacer por ti alguna de estas cosas, teniendo compasión de ti. Al contrario, el día en que naciste fuiste echada sobre la superficie del campo con repulsión por tu vida.

  • Ezequiel 16:6

    “‘Pero pasé junto a ti y te vi revolcándote en tu sangre. Y estando tú en tu sangre, te dije: ¡Vive! Te dije: ¡Sí, vive en tu sangre!

  • Ezequiel 16:7

    “‘Te hice crecer como la hierba del campo. Creciste, te desarrollaste y llegaste a la flor de la juventud. Tus pechos se afirmaron, y tu cabello creció; pero estabas desnuda y descubierta.

  • Ezequiel 16:8

    “‘Pasé junto a ti y te miré, y he aquí que estabas en tu tiempo de amar. Entonces extendí sobre ti mis alas y cubrí tu desnudez. Te hice juramento y entré en pacto contigo; y fuiste mía, dice el SEÑOR Dios.

  • Ezequiel 16:9

    Te lavé con agua, limpié la sangre que tenías sobre ti y te ungí con aceite.

  • Ezequiel 16:10

    Te vestí con un vestido de colores variados, y te calcé con sandalias de cuero fino. Te ceñí de lino y te cubrí de seda.

  • Ezequiel 16:11

    Te adorné con joyas; puse brazaletes en tus manos y un collar en tu cuello.

  • Ezequiel 16:12

    Puse un zarcillo en tu nariz, aretes en tus orejas y una corona de hermosura sobre tu cabeza.

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