Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 2:8-10 verso por verso
Pero tú, oh hijo de hombre, escucha lo que yo te hablo. No seas rebelde como esa casa rebelde; abre tu boca y come lo que yo te doy”.
Entonces miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de pergamino.
Lo extendió delante de mí, y he aquí que estaba escrito por el derecho y por el revés. En él estaban escritos lamentaciones, gemidos y ayes.