Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 20:1-9 verso por verso
Aconteció en el día diez del mes quinto del séptimo año que vinieron algunos hombres de los ancianos de Israel para consultar al SEÑOR, y se sentaron delante de mí.
Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
“Oh hijo de hombre, habla a los ancianos de Israel y diles que así ha dicho el SEÑOR Dios: ‘¿Han venido para consultarme? ¡Vivo yo, que no seré consultado por ustedes!’, dice el SEÑOR Diosc.
¿Quieres juzgarlos tú? ¿Los quieres juzgar tú, hijo de hombre? Hazles conocer las abominaciones de sus padres.
Diles que así ha dicho el SEÑOR Dios: ‘El día que escogí a Israel, alcé mi mano jurando a la descendencia de la casa de Jacob, y me di a conocer a ellos en la tierra de Egipto. Entonces alcé mi mano jurando y dije: Yo soy el SEÑOR su Dios.
Aquel día les alcé mi mano jurando que los sacaría de la tierra de Egipto a la tierra que había explorado para ellos, que fluye leche y miel y que es la más hermosa de todas las tierras.
Entonces les dije: Arroje cada uno de sí los ídolos detestables que sus ojos aman, y no se contaminen con los ídolos de Egipto. Yo soy el SEÑOR su Dios’.
“Pero ellos se obstinaron contra mí y no quisieron obedecerme. No arrojaron de sí los ídolos detestables que sus ojos aman ni dejaron los ídolos de Egipto. Entonces yo dije que derramaría sobre ellos mi ira para agotar en ellos mi furor, en medio de la tierra de Egipto.
Pero actué por causa de mi nombre, para no ser profanado a la vista de las naciones en medio de las cuales se encontraban, ante cuya vista me di a conocer al sacarlos de la tierra de Egipto.