Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 23:11-35 verso por verso
“Su hermana Oholiba vio esto, pero corrompió su deseo más que la otra; su lujuria sobrepasó a la de su hermana.
Ardió en deseo por los asirios; gobernadores y oficiales, hombres de guerra espléndidamente vestidos, jinetes montados a caballo, todos ellos jóvenes atractivos.
Y vi que se había contaminado y que ambas habían seguido por el mismo camino.
Pero esta aumentó su prostitución, pues vio hombres grabados en la pared, figuras de caldeos grabadas con ocre rojo,
ceñidas las cinturas con cinturón, con amplios turbantes sobre sus cabezas, teniendo todos la apariencia de comandantes, a la manera de los hijos de Babilonia, de Caldea, la tierra de su origen.
Por ellos ardió en deseo con solo verlos, y les envió mensajeros a Caldea.
Los hombres de Babilonia se unieron a ella en cama de amores, y la contaminaron con su lujuria. Se contaminó con ellos, y su alma se hastió de ellos.
Así practicó abiertamente su prostitución y descubrió su desnudez, por lo cual mi alma se hastió de ella, como mi alma se había hastiado de su hermana.
Pero ella multiplicó su prostitución, trayendo a la memoria los días de su juventud, en los cuales se había prostituido en la tierra de Egipto.
Ardió en deseo por sus amantes, cuyas carnes eran como las de los burros, y cuya eyaculación era como la de los caballos.
Así echabas de menos la inmundicia de tu juventud, cuando en Egipto estrujaban tus senos y apretaban tus pechos juveniles”.
Por tanto, Oholiba, así ha dicho el SEÑOR: “He aquí que yo incito contra ti a tus amantes, de los cuales tu alma ya se ha hastiado. Los traeré contra ti de todas partes.
Los hijos de Babilonia y todos los caldeos; los de Pecod, de Soa y de Coa, y con ellos todos los hijos de Asiria. Todos ellos jóvenes atractivos, gobernadores y oficiales, comandantes y hombres notables; todos ellos montados a caballo.
Vendrán contra ti desde el norte con carros y ruedas, y una multitud de pueblos. Contra ti, y alrededor de ti, pondrán escudos, defensas y cascos. Yo les encargaré el juicio, y te juzgarán de acuerdo con sus decretos.
Pondré mi celo contra ti, y te tratarán con furor. Te arrancarán la nariz y las orejas, y tu descendencia caerá a espada. Tomarán a tus hijos y a tus hijas, y tu descendencia será devorada por el fuego.
Te desnudarán de tus ropas y se llevarán tus hermosas joyas.
Así pondré fin a tu inmundicia y a tu prostitución traídas de la tierra de Egipto. Nunca más alzarás la vista hacia los egipcios, ni nunca más te acordarás de ellos.
Pues así ha dicho el SEÑOR Dios: ‘He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que odias, en mano de aquellos de quienes se ha hastiado tu alma.
Te tratarán con odio y tomarán todo el fruto de tu labor. Te dejarán desnuda y descubierta. Será puesta al descubierto la vergüenza de tu prostitución, tu infamia y tu lujuria.
Estas cosas te serán hechas por haberte prostituido tras las naciones, porque te contaminaste con sus ídolos.
Anduviste en el camino de tu hermana. ¡Yo, pues, pondré su copa en tu mano!’”.
Así ha dicho el SEÑOR Dios: “Beberás la copa de tu hermana, la cual es honda y ancha. Servirá de mofa y de burla, pues es de abundante contenido.
Te llenarás de embriaguez y de dolor; copa de horror y de desolación es la copa de tu hermana Samaria.
La beberás hasta secarla; desmenuzarás sus fragmentos y desgarrarás tus pechos, porque yo he hablado”, dice el SEÑOR Dios.
Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios: “Porque te olvidaste de mí y me echaste a tus espaldas, por eso tú también carga con tu infamia y con tu prostitución”.