Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 23:2-10 verso por verso
“Oh hijo de hombre: Había dos mujeres, que eran hijas de una sola madre.
Se prostituyeron en Egipto; en su juventud se prostituyeron. Allá fueron apretados sus pechos; allí fueron estrujados sus senos virginales.
La mayor se llamaba Ohola, y su hermana se llamaba Oholiba. Fueron mías y dieron a luz hijos e hijas. En cuanto a sus nombres, Ohola es Samaria, y Oholiba es Jerusalén.
“Ohola se prostituyó cuando me pertenecía. Ardió en deseo por sus amantes, los asirios, hombres de guerra
vestidos de color azul, gobernadores y oficiales; todos ellos jóvenes atractivos, todos ellos jinetes que montaban a caballo.
Con ellos se entregó a la prostitución; todos ellos eran lo más selecto de los hijos de Asiria. Y se contaminó con todos los ídolos de aquellos por quienes ardió en deseo.
Pero no abandonó su prostitución de Egipto, pues se acostaron con ella en su juventud, estrujaron sus senos virginales y vertieron sobre ella su lujuria.
Por tanto, la entregué en mano de sus amantes, en mano de los hijos de Asiria por quienes ardía en deseo.
Ellos descubrieron su desnudez, tomaron a los hijos y a las hijas de ella, y a ella la mataron a espada. Y vino a ser un refrán entre las mujeres, pues en ella ejecutaron actos justicieros.