Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 24:15-18 verso por verso
Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
— Oh hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe la delicia de tus ojos. Pero tú no harás duelo ni llorarás ni correrán tus lágrimas.
Gime en silencio; no guardes el luto por los muertos. Cíñete el turbante y pon las sandalias en tus pies. No te cubras los labios ni comas pan de duelo.
Hablé, pues, al pueblo por la mañana, y al anochecer murió mi esposa. Y a la mañana siguiente hice como me había sido ordenado.