Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 24:15-20 verso por verso
Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
— Oh hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe la delicia de tus ojos. Pero tú no harás duelo ni llorarás ni correrán tus lágrimas.
Gime en silencio; no guardes el luto por los muertos. Cíñete el turbante y pon las sandalias en tus pies. No te cubras los labios ni comas pan de duelo.
Hablé, pues, al pueblo por la mañana, y al anochecer murió mi esposa. Y a la mañana siguiente hice como me había sido ordenado.
Entonces me dijo el pueblo: — ¿No nos dirás qué significan para nosotros estas cosas que tú haces?
Y les respondí: — La palabra del SEÑOR vino a mí diciendo: