Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 24:8-14 verso por verso
Para hacer que mi ira suba y tome venganza, he puesto su sangre sobre la roca desnuda, para que no sea cubierta’.
Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios: ‘¡Ay de la ciudad sanguinaria, pues yo también agrandaré la hoguera!
Amontona la leña, enciende el fuego, alista la carne, vacía el caldo, y que los huesos sean carbonizados.
Luego pon la olla vacía sobre las brasas, para que se caliente y arda su bronce, con el fin de que en ella sea fundida su inmundicia y desaparezca su herrumbre’.
“En vano son los esfuerzos. Su mucha herrumbre no sale de ella; su herrumbre no sale ni con fuego.
En tu inmundicia hay infamia, por cuanto te quise purificar, pero no estás purificada de tu inmundicia. No volverás a ser purificada, hasta que yo haya asentado mi ira sobre ti.
Yo, el SEÑOR, he hablado. Esto vendrá, y lo haré. No cejaré; no tendré lástima ni me pesará. Conforme a tus caminos y a tus obras te juzgaré”, dice el SEÑOR Dios.