Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 27:8-36 verso por verso
Los habitantes de Sidón y de Arvad fueron tus remeros. Tus expertos, oh Tiro, estaban en ti y fueron tus timoneles.
Los ancianos de Biblos y sus sabios reparaban tus desperfectos. Todos los barcos del mar y sus marinero estuvieron en ti para hacer contigo intercambio.
“Persas, lidios y libios estaban en tu ejército como tus hombres de guerra. Escudos y cascos colgaban en ti; ellos te daban tu esplendor.
Los hijos de Arvad estaban con tu ejército sobre tus muros en derredor, y los gamadeos estaban en tus torreones. Colgaban sus escudos sobre tus muros en derredor; ellos hacían completa tu hermosura.
“Tarsis comerciaba contigo a causa de la abundancia de todas tus riquezas. Con plata, hierro, estaño y plomo pagaban por tus mercaderías.
Grecia, Tubal y Mesec comerciaban contigo. Con vidas humanas y objetos de bronce pagaban tus mercancías.
Los de Bet-togarma, con caballos, corceles y mulos pagaban tus mercaderías.
“Los hijos de Rodas comerciaban contigo. Muchas costas comerciaban contigo; colmillos de marfil y madera de ébano te traían como tributo.
“Edom también comerciaba contigo a causa de la abundancia de tus productos. Con turquesas, púrpura, telas bordadas, linos finos, corales y rubíes pagaban tus mercaderías.
“Judá y la tierra de Israel comerciaban contigo. Con trigo, mirra, casia, miel, aceite y resinas pagaban tus mercancías.
“Damasco comerciaba contigo debido a la abundancia de tus productos y a la abundancia de tus riquezas. Con vino de Helbón y lana de Sajar,
Vedán y Grecia, desde Uzal, pagaban tus mercaderías: Hierro forjado, casia y caña aromática había entre tus productos.
“Dedán comerciaba contigo con mantas para cabalgadura.
Arabia y todos los príncipes de Quedar comerciaban contigo con corderos, carneros y machos cabríos; con esto comerciaban contigo.
“Los mercaderes de Saba y de Raama comerciaban contigo. Con lo mejor de todas las especias, pagaban tus mercaderías.
“Harán, Calne, Edén y los mercaderes de Saba, Asiria y Quilmad comerciaban contigo.
“Estos comerciaban contigo, y a cambio de tus productos daban espléndidos vestidos, mantos de azul, telas bordadas, tapices de colores, y cuerdas entrelazadas y trenzadas.
“Las naves de Tarsis eran tus flotas que llevaban tus mercancías. Te llenaste y te hiciste muy opulenta en el corazón de los mares.
Los que navegaban contigo te condujeron por las muchas aguas, pero el viento de oriente te destrozó en el corazón de los mares.
“En el día de tu caída caerán en medio de los mares: tus riquezas, tus mercaderías, tus productos, tus marineros, tus timoneles, los que reparaban tus desperfectos, los agentes de tu intercambio, todos tus hombres de guerra que están en ti, y toda la multitud que se halla en medio de ti.
Ante el griterío de tus timoneles se estremecerán los campos de alrededor,
y descenderán de tus barcos todos los que toman el remo. Los marineros y todos los timoneles del mar quedarán de pie en tierra.
Harán oír su voz por ti; gritarán amargamente. Echarán polvo sobre sus cabezas y se revolcarán en la ceniza.
Se raparán la cabeza a causa de ti y se ceñirán con cilicio. Con amargura de alma llorarán por ti con amargo duelo.
En medio de su llanto entonarán por ti un lamento; por ti lamentarán diciendo: ‘¡Quién como Tiro, la que ha sido silenciada en medio del mar!’.
“Cuando tus mercaderías salían por los mares, saciabas a muchos pueblos. A los reyes de la tierra enriqueciste con la abundancia de tus bienes y de tus productos.
Ahora que eres quebrantada en los mares, en lo profundo de las aguas, tus productos y toda tu tripulación han caído en medio de ti.
Todos los habitantes de las costas se horrorizan a causa de ti. Sus reyes están muy aterrorizados, y sus rostros son abatidos.
Los mercaderes de los pueblos silban a causa de ti. Has venido a ser objeto de espanto, y dejarás de existir para siempre”.