Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 28:2-10 verso por verso
“Oh hijo de hombre, di al soberano de Tiro que así ha dicho el SEÑOR Dios: Por cuanto tu corazón se enalteció, y porque, a pesar de ser hombre y no Dios, dijiste: ‘Yo soy un dios, y estoy sentado en la sede de los dioses, en el corazón de los mares’; porque igualaste tu corazón al corazón de Dios,
¡he aquí tú eres más sabio que Daniel, y no hay ningún misterio que te sea oculto!
Con tu sabiduría e inteligencia te has conseguido riquezas, y has acumulado oro y plata en tus tesoros.
Con tu gran sabiduría has engrandecido tus riquezas mediante tu comercio, y tu corazón se ha enaltecido a causa de tus riquezas.
Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios: Porque igualaste tu corazón con el corazón de Dios,
he aquí yo traigo contra ti extranjeros, los más crueles de las naciones. Desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría y profanarán tu esplendor.
Te harán descender a la fosa, y morirás como los que son muertos en el corazón de los mares.
¿Osarás decir delante de tu verdugo, a pesar de ser hombre y no Dios: ‘Yo soy un dios’? En mano de quienes te atraviesen
morirás a la manera de los incircuncisos, en mano de los extranjeros; porque yo he hablado”, dice el SEÑOR Dios.