Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 30:4-26 verso por verso
La espada llegará a Egipto, y habrá estremecimiento en Etiopía cuando en Egipto caigan los heridos, y tomen sus riquezas y sean destruidos sus cimientos.
Etiopía, Libia, Lidia y toda Arabia, los de Cub y los hijos de la tierra del pacto caerán a espada juntamente con ellos’.
Así ha dicho el SEÑOR: ‘Así caerán los que apoyan a Egipto. Caerá el orgullo de su poderío, desde Migdol hasta Asuán, caerán en ella a espada, dice el SEÑOR Dios.
Quedarán desolados en medio de las tierras desoladas, y sus ciudades estarán en medio de las ciudades arruinadas.
Y sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando yo prenda fuego a Egipto y todos sus ayudadores sean quebrantados’.
“En aquel tiempo saldrán de delante de mí mensajeros en naves, para hacer temblar a la confiada Etiopía. Habrá estremecimiento entre ellos, como en el día de Egipto, ¡porque he aquí que viene!
Así ha dicho el SEÑOR Dios: ‘Pondré fin a la multitud de Egipto por medio de Nabucodonosor, rey de Babilonia.
Él y su pueblo junto con él, los más crueles de las naciones, serán traídos para destruir la tierra. Ellos desenvainarán sus espadas contra Egipto y llenarán la tierra de muertos.
Convertiré en sequedad los canales, y abandonaré la tierra en mano de malvados. Destruiré la tierra y su plenitud por medio de extranjeros. Yo, el SEÑOR, he hablado’ ”.
Así ha dicho el SEÑOR Dios: “También destruiré los ídolos. Pondré fin a los dioses de Menfis, y ya no habrá príncipe en la tierra de Egipto. Y pondré temor en la tierra de Egipto:
Desolaré a Patros, prenderé fuego a Tanis y ejecutaré actos justicieros en Tebas.
Derramaré mi ira sobre Sin, la fortaleza de Egipto, y exterminaré la multitud de Tebas.
Prenderé fuego a Egipto: Sin tendrá grandes dolores de parto, Tebas será destrozada, y Menfis tendrá continuas angustias.
Los jóvenes de Heliópolis y de Bubastis caerán a espada; ellas irán en cautiverio.
En Tafnes se oscurecerá el día cuando yo rompa allí los yugos de Egipto, y en ella cesará la soberbia de su poderío. Una nube la cubrirá, y sus hijas irán en cautiverio.
Ejecutaré actos justicieros en Egipto. Y sabrán que yo soy el SEÑOR”.
Aconteció en el séptimo día del mes primero del año once, que vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
“Oh hijo de hombre, yo he roto un brazo del faraón, rey de Egipto, y he aquí que no se lo ha vendado poniéndole medicinas, ni se le ha puesto una venda para ser entablillado, a fin de fortalecerlo para que pueda sostener la espada.
Por eso, así ha dicho el SEÑOR Dios, he aquí que yo estoy contra el faraón, rey de Egipto, y romperé sus brazos, el fuerte y el fracturado; haré que la espada se caiga de su mano.
Dispersaré a los egipcios entre las naciones y los esparciré por los países.
“Pero fortaleceré los brazos del rey de Babilonia y pondré mi espada en su mano. Romperé los brazos del faraón y gemirá delante de aquel con gemidos de un herido de muerte.
Fortaleceré, pues, los brazos del rey de Babilonia, mientras que los brazos del faraón decaerán. Y sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando yo ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia y él la extienda contra la tierra de Egipto.
Dispersaré a los egipcios entre las naciones y los esparciré por los países. Y sabrán que yo soy el SEÑOR”.