Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 33:21-33 verso por verso
Aconteció en el quinto día del mes décimo del año doce de nuestra cautividad que uno que había escapado de Jerusalén vino a mí para decir: “La ciudad ha sido tomada”.
La noche antes que llegara el que había escapado, la mano del SEÑOR vino sobre mí, y me abrió la boca antes que él llegara a mí por la mañana. Así abrió mi boca y no estuve más enmudecido.
Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
“Oh hijo de hombre, los que habitan entre aquellas ruinas, en la tierra de Israel, andan diciendo: ‘Abraham era solo uno; sin embargo, tomó posesión de la tierra. ¡Cuánto más nosotros que somos muchos! A nosotros ha sido dada la tierra como posesión’.
Por tanto, diles que así ha dicho el SEÑOR Dios: ‘Ustedes que comen con sangre, alzan sus ojos hacia sus ídolos y derraman sangre, ¿tomarán posesión de la tierra?
Han confiado en sus espadas, han hecho abominación y han mancillado cada uno a la mujer de su prójimo, ¿y tomarán posesión de la tierra?’.
Les dirás que así ha dicho el SEÑOR Dios: ‘¡Vivo yo, que los que están en aquellas ruinas caerán a espada! Al que está sobre la superficie del campo lo daré por comida a las fieras, y los que están en las fortalezas y en las cavernas morirán por la peste.
Convertiré la tierra en desolación y asolamiento y cesará la soberbia de su poderío. Los montes de Israel quedarán desolados, de modo que no habrá quien pase por ellos.
Y sabrán que soy el SEÑOR, cuando yo convierta la tierra en desolación y en soledad, por todas las abominaciones que han hecho’.
“Oh hijo de hombre, los hijos de tu pueblo hablan acerca de ti, junto a las paredes y a las puertas de las casas. Hablan el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: ‘¡Vengan y oigan cuál es la palabra que viene del SEÑOR!’.
Vienen a ti como el pueblo acostumbra venir, y se sientan delante de ti como mi pueblo. Oyen tus palabras, pero no las ponen por obra. Más bien, expresan motivos sensuales con su boca, y su corazón va en pos de sus ganancias deshonestas.
He aquí que para ellos tú eres como un cantante de motivos sensuales, cuya voz es agradable y que toca bien. Oyen tus palabras, pero no las ponen por obra.
Pero cuando esto venga — y he aquí que ya viene — , entonces sabrán que hubo un profeta entre ellos”.