Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 36:16-37 verso por verso
Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
“Oh hijo de hombre, cuando la casa de Israel habitaba en su tierra, la contaminaban con su conducta y sus obras. Su conducta delante de mí fue como la inmundicia de una mujer menstruosa.
Y yo derramé mi ira sobre ellos, por la sangre que derramaron sobre la tierra y porque la contaminaron con sus ídolos.
Los dispersé por las naciones, y fueron esparcidos por los países. Los juzgué conforme a su conducta y a sus obras.
Pero cuando llegaron a las naciones a donde fueron, profanaron mi santo nombre cuando se decía de ellos: ‘¡Estos son el pueblo del SEÑOR, pero de la tierra de él han salido!’.
He tenido dolor al ver mi santo nombre profanado por la casa de Israel en las naciones adonde fueron.
Por tanto, di a la casa de Israel que así ha dicho el SEÑOR Dios: ‘Yo no lo hago por ustedes, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, al cual han profanado en las naciones adonde han llegado.
Yo mostraré la santidad de mi gran nombre que fue profanado en las naciones, en medio de las cuales ustedes lo profanaron. Y sabrán las naciones que soy el SEÑOR, cuando yo muestre mi santidad en ustedes a vista de ellos’, dice el SEÑOR Dios.
“Yo, pues, los tomaré de las naciones y los reuniré de todos los países, y los traeré a su propia tierra.
Entonces esparciré sobre ustedes agua pura y serán purificados de todas sus impurezas. Los purificaré de todos sus ídolos.
Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne.
Pondré mi Espíritu dentro de ustedes y haré que anden según mis leyes, que guarden mis decretos y que los pongan por obra.
Y habitarán en la tierra que di a sus padres. Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.
Los libraré de todas sus impurezas. Llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no los someteré más al hambre.
Multiplicaré, asimismo, el fruto de los árboles y el producto de los campos, para que nunca más reciban afrenta entre las naciones, por causa del hambre.
Entonces se acordarán de sus malos caminos y de sus hechos que no fueron buenos, y se detestarán a ustedes mismos por sus iniquidades y por sus abominaciones.
No es por causa de ustedes que hago esto; sépanlo bien, dice el SEÑOR Dios. ¡Avergüéncense y cúbranse de afrenta a causa de sus caminos, oh casa de Israel!”.
Así ha dicho el SEÑOR Dios: “El día en que yo los purifique de todas sus iniquidades, haré también que sean habitadas las ciudades y que sean reconstruidas las ruinas.
La tierra desolada será cultivada, en contraste con haber estado desolada ante los ojos de todos los que pasaban.
Y dirán: ‘Esta tierra que estaba desolada ha venido a ser como el jardín de Edén, y estas ciudades que estaban destruidas, desoladas y arruinadas ahora están fortificadas y habitadas’.
Entonces las naciones que fueron dejadas en sus alrededores sabrán que yo, el SEÑOR, he reconstruido las ciudades arruinadas y he plantado la tierra desolada. Yo, el SEÑOR, he hablado y lo haré”.
Así ha dicho el SEÑOR Dios: “Aún he de ser buscado por la casa de Israel para hacerles esto: Multiplicaré los hombres como los rebaños.