Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 40:38-47 verso por verso
Había una cámara cuya entrada daba al vestíbulo de la puerta. Allí lavaban el holocausto.
En el vestíbulo de la puerta había dos mesas en un lado y otras dos en el otro lado, para degollar sobre ellas el holocausto, la víctima por el pecado y la víctima por la culpa.
En el lado de fuera, conforme uno sube a la entrada de la puerta del norte, había dos mesas; y al otro lado, que daba a la entrada de la puerta, había otras dos mesas.
Había cuatro mesas en un lado y cuatro en el otro, es decir, al lado de la puerta había ocho mesas sobre las cuales degollaban las víctimas.
Las cuatro mesas para el holocausto eran de piedra labrada, de setenta y cinco centímetros de largo y setenta y cinco centímetros de ancho y cincuenta centímetros de alto. Sobre ellas colocaban los instrumentos con que degollaban las víctimas del holocausto y del sacrificio.
Los rebordes, de siete centímetros, estaban fijos alrededor de la cámara, y la carne de las ofrendas estaba sobre las mesas.
Por fuera de la puerta interior, en el atrio interior, había dos cámaras para los cantores. Una de ellas estaba al lado de la puerta del norte y su fachada daba al sur. La otra estaba al lado de la puerta del sur y su fachada daba al norte.
Y me dijo: “Esta cámara que da al sur es de los sacerdotes que están a cargo del templo.
Y la cámara que da al norte es de los sacerdotes que están a cargo del altar. Estos últimos son los hijos de Sadoc, quienes han sido acercados al SEÑOR de entre los hijos de Leví, para servirle”.
Luego midió el atrio, que era un cuadrado de cincuenta y dos metros de largo y cincuenta y dos metros de ancho. Delante del santuario estaba el altar.